jueves, mayo 17, 2012

Esperanzas

Esta es la tercer y última parte de una historia que les venía contando (la segunda parte está aquí y la primera aquí)



Después de haberlo conocido pero sobre todo después de haberlo besado, me sentí completamente blindado contra cualquier idea negativa del universo. Un yo tan positivo y tan contento que no me lo creía.

Posterior a esa cita que tuve con él, la que ya les conté, acordamos vernos unos días después, un miércoles. Esperé, poque no había otra opción pero he de hacer notar, por si no fuera ya obvio, que las ansias de verlo eran enormes. Me conformé esos 3 días de espera con mandarle mensajes y platicar por internet. Sufrí, pero sobreviví.  :)

Llegada la víspera de nuestra tercera cita platicamos y allí mismo me hizo el funesto anuncio: se posponía nuestra cita. ¿Por qué? Razones económicas.
Él andaba corto de dinero y su padre, su único benefactor, no cooperaba con la manutención. Entonces había que esperar algunos días.



Ok, puedo esperar.




Tal vez para el fin de semana ya se hubiera resuelto la situación o podríamos vernos para un simple paseo, una caminata o una plática sin tener que gastar un centavo Pero no se pudo. Ese fin de semana tuvo una práctica escolar fuera de la ciudad, ni modo, se posponía la cita hasta la siguiente semana.
Ok, puedo esperar. Esperé 26 años, puedo esperar una semana.

Se acabó el fin de semana y regresó de su práctica. Le di una cálida bienvenida a través del messenger y le pregunté si nos veríamos ahora sí esta semana. Vagamente contestó que sí, pero aún quedaba por resolver el problema del dinero, porque su padre aún no le depositaba nada. Pasó la semana y no se resolvió.


Qué mala suerte. Ok, ni modo, paciencia.





Esa semana tampoco lo vi, y continué sugiriendo vernos sin gastar ni un centavo, había muchas posibilidades: parques, plazas, su casa, bibliotecas, su casa, la escuela y sobre todo su casa, pues vive solo; su hermano sólo estuvo unos días de visita.

Sin embargo mis sugerencias no fueron escuchadas. Por el contrario, surgieron más inconvenientes para vernos; ahora se agregaban sus deberes escolares. Mucha tarea y muchos exámenes le impedirían verme de momento, porque le dejaban poco tiempo libre, apenas le alcanzaba para dormir y comer y lavar la ropa y cosas así.



Ok, debo esperar. No puedo pedirle que descuide la escuela.



Pasó otra semana sin vernos, y la fecha de su cumpleaños se avecinaba. Pensé que sería lindo regalarle algo pero ni siquiera sabía si lo vería pronto, así que me tomé con calma lo del regalo. Días antes de su cumpleaños me enteré por facebook que iba a realizar una fiesta en su casa, a motivo de su cumple. Yo no estaba incluído entre los invitados, pero no le dije nada, tal vez me invitaría después. No, no me invitó. Y no es que me agraden mucho las fiestas, de hecho las odio, pero hubiera sido muy buen momento para hacer una excepción.

Llegó el día de su onomástico, y como no podía hacer más pues le mandé un mensaje de celular. Lo felicité simplemente. Días después fue la mentada fiesta y no hubo aviso ninguno para mí.
Ok. Seré muy paciente, creo que él vale mucho la pena. Esperaré un poco más.
Al día posterior de la fiesta sólo me hizo unos comentarios breves de lo ocurrido, ya no se detenía a platicar mucho conmigo. Poco a poco fue bajando la cantidad de mensajes que me contestaba. Semana tras semana vi cómo sus respuestas se volvían más breves y espaciadas. Me esforzaba por hacerle plática pero nada le provocaba interés suficiente. Y empecé a hacerme a la idea de que, tal vez, yo ya no le interesaba.

Sucumbí a mis más terribles sospechas depresivas pero a pesar de todo guardaba cierta esperanza. Tal vez cuando llegue su fin de semestre me dedique un poco de tiempo, ya que tenga tiempo libre tal vez me dedique un poco.




Ok, esperaré hasta las vacaciones de fin de semestre y veré qué pasa.






Pasaron días y semanas y un mes, aunque a mí me parecieron siglos, y nada mejoró. No lo había vuelto a ver desde la segunda cita, ya no me mandaba ni contestaba mensajes de cel, en messenger dificilmente me contestaba algo después de un hola. Me quedaba hablando solo, solo, solo.

Esperé. No sé por qué, pero esperé. Quería... quería que me quisiera.

Y sin embargo sabía que no iba a pasar. Ya se había acabado el sueño. La esperanza se mantenía por pura necedad pero ya no había nada que rescatar. El tiro de gracia llegó cuando, por fin, él tuvo vacaciones. Para mi gran sorpresa él me contactó por messenger, me saludó y comenzó una breve plática. Yo me sentía muy lastimado, y no quise plantear la idea de vernos, quería que viniera de él. Tal cosa no ocurrió, hubo una ligera insinuación cuando me preguntó qué días trabajaba, a lo que contesté que de lunes a viernes. Además le conté que últimamente salía más tarde porque andaba en la fase de entrega de un proyecto.

No dijo más, no me invitó, no sugirió nada. Tal vez debí haberlo invitado yo pero mi destrozado orgullo me decía que no, que ya no. Me la pasé más de 2 meses sufriendo, ya no quise más.




Dejé al tiempo correr, ya con mayor calma pues ya daba por finiquitado el asunto. No hubo ningún intento por vernos, sólo breves pláticas de vez en cuando. La última justo antes del fin de sus vacaciones, dijo:

- Ya se acabaron las vacaciones y no nos vimos.
- Pues sí - contesté.

Fue como el epitafio. Ya estaba enterrado hace rato pero le faltaba la cripta. Y seguí con mi vida.
De ahí en adelante ni siquiera platicamos, ni nos saludamos. Debí haberlo bloqueado de messenger y facebook pero... no sé, no pude. A veces me atormentaba a mí mismo viendo su facebook, quería saber qué había pasado y por qué no me quiso; nunca pregunté,  por supuesto, pero quise mantener el vínculo por si algún día salía la respuesta.

Hace como un año que lo conocí y empezó a pasar lo que les relate. Hasta hace 2 meses que lo tenía aún entre mis contactos, ni le hablaba ni pretendía hacerlo, desde hacía por lo menos 6 meses antes que ni el buenos días nos mandábamos, así que decidí que era estúpido mantenerlo ahí y empecé a borrarlo definitivamente.

Y así sucedió. Así fue mi primer intento de ligar, de relacionarme con alguien. Fue doloroso. Aunque no me mató, yo hubiera pensado que un dolor así me iba a provocar las ideas y acciones más terribles. Pero no, aguanté muy bien; al final no soy de cristal como lo imaginé. Simplemente me dejó un poco ciscado, desconfiado pero... the show must go on.

Y continuó.

Ya les iré contando las aventuras posteriores. :)


P.D. ¡Qué post tan más extenso! Me hacía falta el desahogo. :P







3 comentarios:

Sola en el universo dijo...

:o Sí que fue corto, pero lo bueno es que hubo aventuras posteriores :D

Luciano (Luu) dijo...

Vos definitivamente sos un alienígena...! Primero porque no te desahogaste nada, solamente contaste lo q el tipo te despreció e hizo de y con tus sentimientos.

Desahogo hubiera sido haberle preguntado mucho antes, recién cuando te empezó a eludir q cuernos le estaba pasando.

Y si él es un puto histérico vos no tenías por qué convertirte en un puto paciente, dejándote 'bardear' (manejar) a su antojo por ese pendejo trolo mal cogido.

O acaso tus sentimientos son diferentes a los de él...? Y esperaste como un boludo q te invitara a su cumpleaños y el hijo de puta se hizo el 'otario' (bobo) y no te invitó...?

Yo te puedo asegurar q le aparezco en plena 'joda' (fiesta) y le armo tal 'bolonki' (lío) q se le van a ir las ganas de volver a festejar su cumpleaños por lo menos en los próximos 10 años...!!! Porque no solamente le rompo todo sino q le rompo el culo a patadas, pero tanto tanto, como para q tenga, guarde y esconda...!

Y después le hubiera dejado bien en claro, quién de los dos era el 'macho' en la pareja, quién se cogía a quién y quién daba por terminada o no la relación, porque en el mundo de los putos, el bi es el rey...! jeeeeeee...

Besos...!

kSiM dijo...

Empiezo a leerte por recomendación de tachi, muy bueno tu blog. Te seguiré leyendo y mucho ánimo.